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LA NADA Y YO, de la autodestrucción al amor propio

  • Foto del escritor: Marina Xeix
    Marina Xeix
  • 30 abr 2024
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 17 jul 2024

Ir de la autodestrucción al amor propio cuesta, porque nadie nos lo ha enseñado, más bien lo contrario, la sociedad parece empeñada en hacernos dudar de nosotras mismas. Pero después de mucho tiempo de batalla interna, es posible ver la luz al final del túnel.


Espero que este pequeño texto te pueda inspirar. ¡Un abrazo enorme!


Pintura sobre lienzo de un árbol pelado y solitario en un campo de hierba, gama de grises

Días de mente oscura. Esa noche perpetua morando por mi materia gris y descomponiendo todo cuanto encontraba a su paso, una gravedad brutal anclándome a cualquier pantalla hora tras hora y otra hora más. Ya no quedaba en mí ni un mísero hilo del que tirar, ninguna salida de emergencia en el túnel que me tenía atrapada. Simplemente la Nada y yo.


Ella me atraía hacia sus garras, la única medicina para mi mente incansable. La Nada de salir a pasear sin rumbo. La Nada de comer hasta reventar. La Nada de un gintonic en solitario para que mi mente se calmase por favor. Ella era mi salvadora, la creadora de vacío, la vaciadora de pensamientos. Y fuimos una durante tanto tiempo que ya apenas sabía distinguir dónde acababa ella y dónde empezaba yo. Cada vez la anhelaba más a menudo, a cada momento la ansiaba con más desasosiego, y ella volvía siempre, para abrazarme apasionadamente y perdernos de nuevo, dos amantes con sus pieles unidas hasta la mañana siguiente. Al salir el sol, ella ya se había marchado, consciente de que su lugar era la noche, o quizá porque la claridad la asustaba, nunca llegué a adivinarlo.


Cuando yo ya creía que ella me arrastraría hacia unas sombras cuyas fauces me anularían para toda la vida, algo cambió. No sé ni cómo ni por qué, pero dejé de necesitarla. Posiblemente mi cuerpo se hartó de la inmovilidad a la que ella nos forzaba. Él quería volver a bailar, reír, cantar. Fue él quien me agarró de la mano y me dijo: Es hora de ser feliz.


Y desde entonces ya nunca me ha soltado.


Marina Xeix

9 febrero 2024



¡Encuentra el monólogo interpretado por una servidora en mi canal de youtube!



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